
En lo que respecta a su madre, el té lo arregló todo. ¿Tener un resfriado? Toma un poco de té. ¿Huesos rotos? También hay un té para eso. En algún lugar de la despensa de su madre, Laurel sospechaba, había una caja de té que decía: “En caso de Armagedón, infusionar entre tres a cinco minutos”.
– Aprilynne Pike, “Ilusiones”.